Los cárteles mexicanos que operan a escala internacional han obtenido la tecnología suficiente para aprovechar la industria automotriz: han logrado construir carrocerías y autopartes con una mezcla de cocaína y fibra de vidrio.
El primer modelo de este tipo fue asegurado por elementos de las fuerzas federales en el puerto comercial de Manzanillo, Colima, cuando se desembarcó en el recinto fiscalizador de la empresa Ocupa.
Los ingenieros industriales y químicos que trabajan para los grupos del narcotráfico mexicano, en colaboración con delincuentes colombianos, eligieron para el nuevo diseño ilícito una camioneta tipo Pick Up, marca Chevrolet, Silverado, modelo 1990, con placas de circulación del Estado de México.
En los primeros dictámenes periciales se establece que los estribos, salpicaderas y la defensa trasera de la unidad asegurada fueron elaboradas con una mezcla de fibra de vidrio y cocaína base.
Especialistas en química y narcóticos estiman que el peso de la droga podría ascender a 74 kilos 400 gramos.
La camioneta fue localizada en el interior de un contenedor procedente de Buenaventura, Colombia, luego de que un perro de rastreo detectara el olor del alcaloide.
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