El cobarde muere varias veces antes de morir. El valiente no se enfrenta con la muerte más que una vez.
“Julio Cesar” de William Shakespeare
“Julio Cesar” de William Shakespeare
Los Idus no son otra cosa que los días medios de cada mes, regularmente eran fechas de buenos augurios para los romanos, sin embargo a partir del idus de marzo del año 44 A.C. paso a ser una fecha infame, ese día aconteció el asesinato de Julio César, el general que cambio el curso de la historia en muchos aspectos. Como político diseñó el Imperio Romano, como soldado es el más grande general de la Historia, como jurista promulgó leyes que son el pilar del derecho Romano, como astrónomo reformó el calendario dejándonos el nuestro actual de 12 meses y 365 días. Fue él quien al romanizar el oeste de Europa puso los cimientos de nuestra Cultura Occidental.
Tan importante es su legado que de su nombre nacieron las palabras KAISER o ZAR (CSZAR) que han perpetuado el término muchos siglos después de que el desapareciera y a su muerte, todos los emperadores de Roma lo utilizaron como nombre propio. Así, "César" pasó a ser nombre propio y su uso hacía al portador ser identificado con aquel primer "César" descendiente de dioses y de reyes que conquistó el mundo conocido, su influencia aun es tal que nuestro actual séptimo mes aun perpetua su nombre.
No obsante de que César era admirado por sus logros, el tenia enemigos que decian defender la republica, mismos que resolvieron actuar durante la reunión del Senado en los idus de marzo del año 653 romano, pues aquel día el senado tenia una reunión con el, la última antes de salir el dictador para una gran expedición contra los partos, entonces los peores enemigos de Roma. Un adivino había prevenido a César que desconfiara de ese día, pero César no se dejó impresionar y se dirigió, a la Curia.
En el camino, un orador griego se abrió paso entre la multitud y tendió un papel al emperador donde constaban todos los planes de la conjuración. "Lee esto inmediatamente", dijo el hombre. Quizás los apretones de la multitud impidieron a César leerlo; quizás no concedió mayor importancia a este último aviso del destino: lo cierto es qué César entró en la Curia sin haber leído el papel que guardaba en su mano. Junto a la entrada encontró al adivino que le había prevenido. César le dijo bromeando: "¡Qué!, ¿han llegado ya los idus de marzo?" "Sí, César, pero no han acabado todavía", respondió el adivino.
César tomó asiento. Uno de los conjurados le presentó una solicitud y asió el borde de su toga, como los peticionarios solían hacer. Era la señal convenida. Uno de los asesinos, un tal Casca, dio la primera puñalada en su espalda. "¡Canalla!", exclamó el herido, agarrando el brazo del asesino. Los conjurados sé arrojaron entonces sobre el dictador indefenso. Cuando vio a Junio Bruto entre los asesinos, César sólo lanzó una queja: Tu quoque, fili mihi? ("¿Tú también, hijo mío?") fueron sus últimas palabras. Se cubrió la cabeza con la toga y se desplomó. Había recibido veintitrés puñaladas.
Aterrorizados, llenos de pánico, los senadores huyeron alocadamente. Bruto había preparado un elocuente discurso, pero cuando intentó hablar no lo escuchó nadie, ni en la Curia ni en el Foro. Él y sus cómplices sólo pudieron hacer una cosa: correr por las calles y mostrar los puñales ensangrentados gritando: "¡Muera el tirano! ¡Libertad y república!" Pero nadie los siguió.
A partir de ese día el término Bruto paso a ser sinónimo de necio o incapaz y a partir de ese día Julio Cesar pasó a formar parte de las deidades romanas.
Tan importante es su legado que de su nombre nacieron las palabras KAISER o ZAR (CSZAR) que han perpetuado el término muchos siglos después de que el desapareciera y a su muerte, todos los emperadores de Roma lo utilizaron como nombre propio. Así, "César" pasó a ser nombre propio y su uso hacía al portador ser identificado con aquel primer "César" descendiente de dioses y de reyes que conquistó el mundo conocido, su influencia aun es tal que nuestro actual séptimo mes aun perpetua su nombre.
No obsante de que César era admirado por sus logros, el tenia enemigos que decian defender la republica, mismos que resolvieron actuar durante la reunión del Senado en los idus de marzo del año 653 romano, pues aquel día el senado tenia una reunión con el, la última antes de salir el dictador para una gran expedición contra los partos, entonces los peores enemigos de Roma. Un adivino había prevenido a César que desconfiara de ese día, pero César no se dejó impresionar y se dirigió, a la Curia.
En el camino, un orador griego se abrió paso entre la multitud y tendió un papel al emperador donde constaban todos los planes de la conjuración. "Lee esto inmediatamente", dijo el hombre. Quizás los apretones de la multitud impidieron a César leerlo; quizás no concedió mayor importancia a este último aviso del destino: lo cierto es qué César entró en la Curia sin haber leído el papel que guardaba en su mano. Junto a la entrada encontró al adivino que le había prevenido. César le dijo bromeando: "¡Qué!, ¿han llegado ya los idus de marzo?" "Sí, César, pero no han acabado todavía", respondió el adivino.
César tomó asiento. Uno de los conjurados le presentó una solicitud y asió el borde de su toga, como los peticionarios solían hacer. Era la señal convenida. Uno de los asesinos, un tal Casca, dio la primera puñalada en su espalda. "¡Canalla!", exclamó el herido, agarrando el brazo del asesino. Los conjurados sé arrojaron entonces sobre el dictador indefenso. Cuando vio a Junio Bruto entre los asesinos, César sólo lanzó una queja: Tu quoque, fili mihi? ("¿Tú también, hijo mío?") fueron sus últimas palabras. Se cubrió la cabeza con la toga y se desplomó. Había recibido veintitrés puñaladas.
Aterrorizados, llenos de pánico, los senadores huyeron alocadamente. Bruto había preparado un elocuente discurso, pero cuando intentó hablar no lo escuchó nadie, ni en la Curia ni en el Foro. Él y sus cómplices sólo pudieron hacer una cosa: correr por las calles y mostrar los puñales ensangrentados gritando: "¡Muera el tirano! ¡Libertad y república!" Pero nadie los siguió.
A partir de ese día el término Bruto paso a ser sinónimo de necio o incapaz y a partir de ese día Julio Cesar pasó a formar parte de las deidades romanas.
2 comentarios:
Muy bueno ojala publiques mas sobre roma XD
CLARO QUE VOY A CONTINUAR CON ROMA, SOLO QUE AHORA NO TENGO MUCHO TIEMPO.
GRACIAS POR VISITAR EL BLOG.
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